jueves, 20 de febrero de 2014

EL TIEMPO. REFLEXIONES CON BILL VIOLA


Detrás de cada obra hecha con amor y con manos humanas hay un tiempo que es difícil de representar con las formas visuales actuales, como la televisión o las películas, piensa Viola. Rembrandt se retrató a lo largo de su vida y contemplar sus autorretratos nos transporta a una duración del tiempo. Aunque los cuadros de Vermeer parecer reflejar un instante congelado, son cuadros lentos en los que notamos el tiempo que necesitaron para ser pintados. Las madres, las abuelas, tejen con cariño e infinita paciencia.
La habitación de Catalina (2001) muestra la historia de una mujer actual pero en vez de estar articulada en torno a una unidad dramática como describiera Aristóteles, se inspira en los artistas de principios del siglo XV, que muestran a la misma persona en varios momentos y lugares de un mismo cuadro. En un mismo presente, cinco Catalinas, situadas en habitaciones sencillas y atemporales, hacen diferentes cosas al mismo tiempo, en la idea de que cada persona somos muchos egos que se mueven y actúan a lo largo de la vida diaria, dentro de lo que podríamos denominar el tiempo psicológico. Cada panel representa un momento del día, desde la mañana a la noche como en los libros de las horas o breviarios. La mujer hace ejercicios de yoga, escribe, cose, reflexiona y duerme. A la vez, hay un tiempo natural, el tiempo que se observa a través de la ventana de la habitación, que cambia de la mañana a la noche y a la vez se aprecian las estaciones a través de los sucesivos estados de las ramas de un árbol en su ciclo anual. En el último panel la ventana muestra sólo un vacío de color negro, el lugar que está más allá del tiempo.
 
Acciones cotidianas, ciclos de horas y estaciones, un sentido de la presencia divina. La actriz que interpreta a Catalina es consciente, en el sentido budista, de su entorno cotidiano: su atención está centrada en cada tarea, convirtiéndola en una práctica espiritual, atención cariñosa que diría San Juan de la Cruz. Catalina se cuida a sí misma como espera cuidar del mundo. Evoca lo que los místicos llaman “vida silenciosa”. “La clave de esta pieza es el equilibrio entre una presentación directa de la espiritualidad tradicional (occidental) y la imagen de una persona contemporánea en un entorno contemporáneo… entre gesto y modos de expresión icónicos, y convención, realismo óptico… entre tradición y contemporaneidad.”  Bill Viola.




 


 
 




 

lunes, 3 de febrero de 2014

COMO ENSOÑACIONES

Algo así me trasmitió Laura Soto-Mesa, profe del Estudio donde desde hace ya unos pocos de año, comparto aprendizaje, trabajo, charlas y risas con compañeros fantásticos y maestros geniales.

En esta etapa me interesa más el cómo se produce el dibujo que el resultado.  Los tres primeros están hechos en las sesiones de apuntes a partir del modelo, en 5 o 10 minutos. Los otros dos se realizaron dentro del estudio.

Voy dejándome llevar con los materiales y estos son de lo más simple, lapicero, pincel, acuarelas, algunos recortes de imágenes y de palabras, la poesía de Rosalía de Castro.

Pero al mirar el resultado, lo que aparecen son mundos extraños y de algún modo se relacionan con las palabras de la poeta gallega. Porque trabajo escuchando esas palabras, y me llevan siempre a mundos un poco melancólicos, pero profundos y hermosos.

Es de las pocas veces que reflexiono directamente sobre las pinturas. Veré cómo sigue esta etapa de mi vida...