Blog de apuntes, cuadros, fotografías, y también reflexiones y algo de flamenco. Por Salomé Ballesteros
jueves, 21 de mayo de 2015
sábado, 16 de mayo de 2015
domingo, 15 de febrero de 2015
jueves, 8 de enero de 2015
NO PRETENDO PARECER ERUDITA SINO RIGUROSA
Las reflexiones sobre fotografía que constituyen las últimas entradas en este blog forman parte del trabajo de Estética II del Grado de Filosofía de la Uned. Por ello iban rigurosamente documentadas con su bibliografía y la quiero compartir aquí por si queréis seguir profundizando y descubriendo nuevos caminos.
BIBLIOGRAFIA
GENERAL
1.
AGEE J, EVANS W. Elogiemos ahora a hombres famosos.
Backlist, Barcelona 2008.
2.
BAEZA P. Por una función crítica de la fotografía de
prensa. fotoGGgrafía, 2007, Barcelona.
3. BARTHES R. La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía
Paidos, Barcelona tercera impresión 2011 (ed castellano 1989).
4.
BATAILLE G. Las lágrimas de Eros. Ensayo Tusquets ed,
Barcelona, 4 ed 2007.
5. BAUDRILLARD
J. La precisión de los simulacros, En: Arte después
de la modernidad, Madrid, Akal, 2001.
6.
BENJAMIN J. La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica. ITACA editorial, México, 2003.
7.
BENJAMIN W. Sobre la fotografía. Pre-Textos,
Valencia, cuarta edición, 2008.
8. BERGER J. Usos
de la fotografía. En Mirar. Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2003.
9. BERGER J,
MOHR J. Otra manera de contar, GG, Barcelona 2007
10. BERGER J, Modos de ver. Editorial Gustavo Gili, Barcelona
2013 (Edición inglesa 1972)
11. BUTLER, J. Marcos
de guerra, Paidós, Madrid 2010.
12. CANDELA I. Sombras
de ciudad. Arte y transformación urbana en Nueva York 1970-1990. Madrid,
Alianza, 2007.
13. CLARAMONTE J. Arte de contexto. Editorial Nerea. San
Sebastián, 2010.
14. DE
DIEGO E. Rincones de postales. Turismo y hospitalidad. Catedra.
Cuadernos de arte. México, 2014.
15. DEBORD, G. La sociedad del espectáculo, Pretextos, Valencia, 2007.
16. DIDI-HUBERMAN
G. Atlas o la inquieta gaya ciencia. En: Atlas ¿Cómo llevar el mundo a
cuestas?. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, Madrid 2011.
17. FONTCUBERTA
J. El beso de Judas, Ed Gustavo Gili, Barcelona 1997.
18. FOUCAULT M. Espacios
diferentes. En Estética, ética, hermenéutica. Paidós, Barcelona, 1999.
19. FOUCAULT M. Las
palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas. Siglo XXI
editores, México, 2 edición de las 32 reimpresión, 2010.
20. HUSTVEDT S. ¿Por
qué Goya?. En: El Museo del Prado y el arte contemporáneo.
La influencia de los grandes maestros del pasado en el arte de vanguardia.
Galaxia Gutenberg, Barcelona 2007
21. JIMÉNEZ J. Teoría del arte. Editorial Tecnos, Madrid
2010.
22. LIPPARD
LR. Caballos de Troya: arte activista y poder. En Fotografía
y activismo, Gustavo Gili, Barcelona 2006.
23. MONSIVAIS C. Comentario
a la ponencia de Lourdes Grobet: imágenes de miseria: folclor o denuncia
(1981). En: Fotografía y activismo, Ed JL
Marzo. Gustavo Gili, Barcelona, 2006.
24. MULVEY L. Placer
visual y cine narrativo. En: Arte después de la modernidad. Nuevos
planteamientos en torno a la representación. Akal. Arte contemporáneo,
Madrid 2001
25. OWENS C. El
impulso alegórico: contribuciones a una teoría de la postmodernidad. En: Arte
después de la modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representación.
Akal. Arte contemporáneo, Madrid 2001
26. RANCIERE, J. Sobre políticas estéticas, Museo de Arte
Contemporáneo de Barcelona, Servei de Publicacions de la Universitat Autónoma
de Barcelona, 2005.
27. RIBALTA, J
(ed.). Efecto real, Debates
posmodernos sobre fotografía. Gustavo Gili, Barcelona, 2004.
28. ROSLER M. Espectadores,
compradores, marchantes y creadores. En: Arte
después de la modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representación, Brian
Wallis Ed. Akal/Arte Contemporáneo, Madrid 2001.
29. ROSLER, M. Imágenes
públicas, la función política de la imagen. Gustavo
Gili, Barcelona, 2007.
30. SONTAG, S, Sobre la
fotografía, De bolsillo,
Barcelona, tercera edición, 2010.
31. ZAMBRANO M. Persona y
democracia. La historia sacrificial. Anthropos editorial del hombre,
Barcelona reimpresión 1992.
LIBROS
Y PAGINAS WEB DE FOTOGRAFIA Y DE FOTOGRAFOS
· ESPARZA R. Paul Graham o el
nuevo documentalismo Europe-America.
Publicado el 21/10/2011
·
GRAHAM PAUL: Europe: America.
Ed La Fabrica/Fundación Botín. Madrid, 2011
· FRANK R. The Americans….
· STEICHEN E. The
family of man. The Museum of Modern Art, New York 1955, printed 2010
·
Conversaciones con fotógrafos. Bleda
y Rosa hablan con Alberto Martin. Lo real Biblioteca Blowup. Libros únicos. La
fabrica editorial, Madrid 2010
martes, 6 de enero de 2015
LA FOTOGRAFIA COMO VERDAD. UN CAMINO DE IDA Y VUELTA
La cuestión no es si deben manipularse las imágenes
sino cómo hacerlo, y también cómo utilizarlas correctamente para “decir la
verdad”. Martha Rosler
Para Lukacs, la obra es un modo de
conocer la realidad histórica. Inspirados en la tradición mimética
aristotélica, los representantes de la estética marxista son fieles a los
presupuestos de la filosofía idealista en lo que se refiere al arte como
conocimiento e incluso como revelación de la verdad. En el momento de la
invención de la cámara fotografía, el año 1839, Comte estaba terminando su Curso de
filosofía positiva. Positivismo, cámara y sociología nacieron y crecieron juntos
sostenidos por la creencia de que todo hecho registrado por los científicos
permitiría conocer y ordenar tanto la naturaleza como la sociedad. La verdad
ocuparía el lugar de la subjetividad y el lado más oscuro del alma se
iluminaría con el conocimiento empírico. La fotografía era idolatrada porque se
adecuaba al Credo realista de la reproducción. Sin embargo, para Baudelaire eso
suponía la irrupción fatal de la industria en el arte. Fatal porque se va a
cambiar la percepción: los “ojos se acostumbran a considerar los resultados de
una ciencia material como productos de lo bello” con lo que disminuirá la
“facultad de juzgar y de sentir” lo más etéreo e inmaterial, lo soñado, lo
imaginario.
Foucault
en el primer capítulo de Las palabras y las cosas, analiza las
Meninas: Velázquez se aleja del bastidor donde está pintando y mira a la
modelo, ¿o es a nosotros a quienes mira ligándonos a la representación del
cuadro?. En cualquier caso contemplador y contemplado intercambian sus miradas
incesantemente. El espejo del fondo en cambio atraviesa todo el campo de
representación y restituye la visibilidad a lo que permanece mas allá de
la mirada (Foucault, 2010: p21-34). El espejo es el soporte de una carga
simbólica muy rica en el orden del conocimiento. El de la madrastra de
Blancanieves está obligado a decir la verdad. Pero la etimología de espejo nos
lleva a speculum, palabra latina de la que también deriva especulación.
Reflejo “verdadero” y reflejo especulativo. Fotografiar
es extraer lo invisible del espejo y revelarlo.
Espejos
y cámaras fotografías regidos por la intención de uso, desde la constatación
científica a la fabulación poética. La fotografía es
una instantánea, no es la verdad si bien se propone que todo lo visible es un hecho
y que los hechos contienen la única verdad. La
investigación científica utiliza la fotografía como evidencia dentro de un
marco conceptual pero no habla de toda la realidad: la imagen de una herida
puede describir la fisicidad de esta pero no dice nada de la experiencia del
ser humano que sufre. “Una foto de la factorías Krupp enseña paredes y
personas pero no nos dirá nada de las relaciones de explotación que allí se dan”
decía Bertold Brecht (Benjamin 2008: pp 50-51). La fotografía no puede ser
negada porque posee categoría de realidad, lo que hay que examinar es si puede
o no dar significado a los hechos (Berger y Mohr, pp 98-100).
La idea de “esto ha
sido” y aún más de “es esto”, es decir no solo lo real sino la verdad, está en
las bases “ontológicas” de la fotografía (Barthes 2011, p 91-99). Pero la fotografía no
es tanto una copia, sino más bien una representación y eso implica una
transformación. Tan solo una década después
de que el proceso de negativo y positivo de Fox Talbot reemplazara al
daguerrotipo, a mediados del 1840, se inventó la primera técnica de retocar el
negativo y… ¡la noticia de que la cámara podía “mentir” popularizó el afán de
fotografiarse! (Sontag, pag 90).
Las teorías posestructuralistas cuestionan la idea de objetividad y
extienden el pesimismo en la posibilidad de la imagen para comunicar “verdad”. La
representación surge del principio de que el signo y lo real son equivalentes.
La imagen como reflejo de una realidad a la que enmascara o la imagen que en
realidad enmascara que no hay realidad; Lo real se sumerge bajo los simulacros
o la hiperrealidad (Baudrillard, 2001, pp253-254). Realidad y ficción, vida y
representación, arquetipo y simulacro. La desconfianza se ahonda aún más con la
digitalización de la práctica fotográfica que la convierte en el paradigma
inmaterial de la cultura visual contemporánea: la facilidad en ser manipulada
hace dudar incluso su mera existencia.
Y sin embargo, las imágenes de Goya siguen impactando en
el presente porque nos dan claves de comprensión sobre el ser humano. No en
vano diría el compositor Michael Nyman que “Goya vio a Hitler antes de que
Hitler viera a Goya” (libreto de la ópera Facing Goya). Por
alguna razón, en la primera Guerra del Golfo el poder militar
americano controló a los periodistas encargados de la representación del conflicto
bélico de manera que vimos fue una guerra “limpia”, sin sangre. Si las imágenes
ya no son capaces de enfurecernos de manera que cambiemos nuestros enfoques políticos,
Donald Rumsfeld no se habría mostrado tan disconforme con la publicación de las
fotografías de Abu Grhaib (Butler 2010, 106). Mi reflexión es que el coste social
y político de sembrar tanta duda y de sustraer a las imágenes de toda su
capacidad de comprensión crítica de la realidad parece
demasiado interesante para el poder.
A MODO DE CONCLUSION DE ESTAS REFLEXIONES SOBRE FOTOGRAFÍA:
En humanidades las respuestas nunca son concluyentes ni siquiera estadísticamente significativas. Los gigantes a cuyos hombros me encaramo me han abierto ventanas y en algunas ocasiones, me han anclado a terrenos conocidos y por tanto, menos apetecibles. Reconozco que los utilizo para contrastar positivamente mis amores, por la fotografía, por el arte, por la gente, por la vida. La imagen puede ser un grito, una piel compartida porque la representación pone en juego nuestra memoria. Si detenemos el tiempo de consumo y los ojos “vuelven a mirar”, rompemos las barreras de los estereotipos que nos protegen de la realidad y de la aventura humana (Hanna Arendt). Creo que es posible una fotografía que se aleje discretamente para que el espectador piense y que respete la dignidad de las personas. Y pienso que la imagen sola no es suficiente. Estoy aún bajo la impresión que me produjo el testimonio de la esposa de Adis Smajic, víctima de la guerra en Bosnia fotografiado repetidamente por el gran periodista, fotógrafo y sobre todo, ser humano, Gervasio Sánchez (programa TVE2 Imprescindibles). Me mostró cuán elocuente se expresa el corazón de una persona con las palabras, más que todas las imágenes por más significativas o emblemáticas que hayan llegado a ser.
En humanidades las respuestas nunca son concluyentes ni siquiera estadísticamente significativas. Los gigantes a cuyos hombros me encaramo me han abierto ventanas y en algunas ocasiones, me han anclado a terrenos conocidos y por tanto, menos apetecibles. Reconozco que los utilizo para contrastar positivamente mis amores, por la fotografía, por el arte, por la gente, por la vida. La imagen puede ser un grito, una piel compartida porque la representación pone en juego nuestra memoria. Si detenemos el tiempo de consumo y los ojos “vuelven a mirar”, rompemos las barreras de los estereotipos que nos protegen de la realidad y de la aventura humana (Hanna Arendt). Creo que es posible una fotografía que se aleje discretamente para que el espectador piense y que respete la dignidad de las personas. Y pienso que la imagen sola no es suficiente. Estoy aún bajo la impresión que me produjo el testimonio de la esposa de Adis Smajic, víctima de la guerra en Bosnia fotografiado repetidamente por el gran periodista, fotógrafo y sobre todo, ser humano, Gervasio Sánchez (programa TVE2 Imprescindibles). Me mostró cuán elocuente se expresa el corazón de una persona con las palabras, más que todas las imágenes por más significativas o emblemáticas que hayan llegado a ser.
Memoria y visión se conjugan, mirar
supone una expectativa de que las apariencias revelen algo. Tras sufrir un
cáncer el año pasado, empecé a percibir que las cosas tenían otra intensidad. Y
cómo no, en este trabajo me he encontrado a un “compañero de viaje”: Kanafani,
escritor palestino, describe el dolor que sintió ante la amputación de la pierna
de Nadia extendiéndose por las calles … toda Gaza palpitaba con tristeza, como
una reivindicación por la pierna amputada.
Ver plásticamente, no es simplemente
ver, es trazar un itinerario que, a partir de los componentes visuales, nos
permite llegar a un universo completo, mental o espiritual donde los elementos
cobran sentido (Jiménez, p 16). Me interesan los conceptos de mapa
y atlas. La clasificación de Borges, recogida por Foucault en el prefacio de Las
palabras y las cosas, provoca risa pero nos hace pensar en qué medida
estamos creando marcos y cuadros de inteligibilidad. El atlas desvela
relaciones íntimas y secretas de las cosas, acepta lo múltiple, nuevas analogías
inagotables en los espacios y los movimientos de la historia (Didi-Huberman p
58). Pero sin neutralidad ni desorientación. Llevo mis brújulas. Así por ejemplo me gusta Paul Klee, un ejemplo de decisión artística, de comenzar de nuevo con poco y
construir con casi nada. Admiro a Atget porque se pone del lado de los que tienen que
arreglárselas como pueden y no vaciló en renunciar a toda posición artística. Me conmueven
Evans y Agee en la Alabama de la Gran Depresión, que hicieron suya la práctica
del “doloroso muestreo del caos de la historia” (Didi-Huberman p 116).
FOTOGRAFIANDO LA INTRAHISTORIA
El
hombre contemporáneo no se preocupa de su memoria individual, porque vive
rodeado de memoria almacenada, Kapuscinski
Según Hesiodo, las musas son hijas de Zeus y de Mnemosyne y fueron engendradas como olvido de males y remedio de preocupaciones. Por eso no hay Alezeia sin Lezé: verdad y olvido se complementan. Eres lo que recuerdas escribirá Norberto Bobbio en su ensayo De Senectute. Nuestra noción de lo real y de nuestra identidad depende de la memoria. Por eso fotografiamos las celebraciones y hay fotógrafos como Nan Goldin que plasman el dolor y la muerte. Otros fotógrafos persiguen otros objetivos: Cartier-Bresson captura el momento de tensión que sintetizaba la esencia de una escena. Robert Frank mira el lapso entre varios instantes decisivos, lo que llama los momentos intersticiales (Fontcuberta p 56-60).
Paul Graham se concentra en pequeñeces: en la prendas que llevan las personas anónimas, en los medios para desplazarse, en sus gestos.
Muchos
libros de historia se centran en los cambios e innovaciones olvidándose de que
a menudo, son casi más importantes las inercias históricas o en términos de Le
Roy Ladurie, la historia inmóvil. La vida en la Francia de finales del siglo
XVII, no se refleja tan bien en los castillos de Luis XIV o en los documentos
sobre Le Tellier y Colbert como en el siguiente texto de J. Fourastiè: “un
padre de familia medio… no había visto más que a la mitad de sus cinco hermanos
llegar a los 15 años, había tenido cinco hijos de los que solo le sobrevivirían
dos o tres, habrá visto morir en su familia directa a nueve personas, entre
ellas un abuelo porque los otros tres ya habrían muertos ante de su nacimiento.
Había vivido dos o tres periodos de hambre y tres o cuatro de carestía, dos o
tres epidemias de enfermedades infecciosas sin hablar de las epidemia
cuasi-permanentes de sarampión, escarlatina, difteria…”
Paul Graham en A shimmer of possibility (2004-06) (El destello de una posibilidad) se
focaliza en los momentos diarios de las vidas de los americanos. Inspirado
en las historias breves de
Chejov, en las que con medios mínimos se hace sentir el tiempo y el lugar, Graham alcanza una atmósfera en
situaciones corrientes: Unas baldas de un supermercado, una persona cortando
césped …. Rincones y momentos insignificantes mostrados en parejas de fotos, a veces
como secuencias cinematográficas interrumpidas por hojas en blanco; A veces una
solo foto con una historia sin principio ni final, otras historias de más de 60
páginas; las mismas imágenes tomadas desde distintos ángulos focales e impresas
en diferente tamaño. Una muestra desde lo cercano, de la realidad social y la
disparidad de clases en la era Bush.
En American night (1998-2002) Paul Graham recuerda el Ensayo sobre la ceguera de Saramago al mostrar las barriadas pobres, apenas vislumbradas a través de una especie de una niebla con diminutas figuritas. Entre medias hay fotografías de zonas residenciales en un color saturado, pero que, de puro luminoso, poseen el mismo aura de irrealidad que se completa con un tercer tipo de fotos iluminadas a la manera del cine negro, una “noche americana”, la técnica fotográfica de simular la noche a plena luz del día. Graham atraviesa unas ciudades que en vez de haber sido construidas para protegerse del peligro exterior, parecen relacionarse más con el miedo a los peligros interiores debido a la polarización social entre sus habitantes: una élite aislada y blindada cuyos intereses vagan entre el ciberespacio y la realidad de sus lugares de ocio y de negocios y los “otros”, los que viven físicamente en la ciudad, los sin hogar para los que la calle se convierte en hogar.
En American night (1998-2002) Paul Graham recuerda el Ensayo sobre la ceguera de Saramago al mostrar las barriadas pobres, apenas vislumbradas a través de una especie de una niebla con diminutas figuritas. Entre medias hay fotografías de zonas residenciales en un color saturado, pero que, de puro luminoso, poseen el mismo aura de irrealidad que se completa con un tercer tipo de fotos iluminadas a la manera del cine negro, una “noche americana”, la técnica fotográfica de simular la noche a plena luz del día. Graham atraviesa unas ciudades que en vez de haber sido construidas para protegerse del peligro exterior, parecen relacionarse más con el miedo a los peligros interiores debido a la polarización social entre sus habitantes: una élite aislada y blindada cuyos intereses vagan entre el ciberespacio y la realidad de sus lugares de ocio y de negocios y los “otros”, los que viven físicamente en la ciudad, los sin hogar para los que la calle se convierte en hogar.
FOTOGRAFIANDO LA HISTORIA CON MAYUSCULAS. ALEGORIA Y MEMORIA
Hay
momentos y momentos en la historia, y no necesitamos que las batallas militares
nos proporcionen imágenes de los conflictos, ni nos den a conocer los movimientos
y cambios, ni tampoco los conflictos que por azar se convierten en el cuerpo de
la historia de las civilizaciones. Walker Evans, 1938
¿Cómo se fotografía la sombra de la historia? ¿Cómo hacerlo sin hacer fotoperiodismo ni buscar a los veteranos de Franco?. Paul Graham.
¿Cómo se fotografía la sombra de la historia? ¿Cómo hacerlo sin hacer fotoperiodismo ni buscar a los veteranos de Franco?. Paul Graham.
Robert Frank para realizar The Americans, se dirigió a
Scottsboro, Alabama, localidad del primero de los juicios contra afroamericanos
falsamente acusados de violación. Desde ahí atravesó Estados Unidos en un
período tenso en que se iniciaban las protestas por los derechos civiles. La
primera foto se titula Parade pero no vemos el desfile de las carrozas
sino una bandera americana que pasa y dos figuras apenas vislumbradas tras las
ventanas. Paul Graham en New Europe (1988-93) inicia su peregrinación en Hofbrauhaus, cervecería donde Hitler
presentó en público el programa de su partido. El título de la serie hace referencia a la posibilidad de un superestado europeo
carente de fronteras y con moneda única, Graham como Jano, mira hacia el pasado
y hacia el futuro. Viajando a través de nueve países a lo largo de varios años, contrasta el
optimismo de la Europa económicamente fuerte con el legado de Hitler o de
Franco. Para ello utiliza la metáfora y el símbolo en imágenes mostradas en
parejas: en una, la imagen de un escupitajo lanzado por unos estudiantes sobre la
tumba de Franco, al lado, la de una mujer fuertemente maquillada divirtiéndose
en Vigo.
La serie Troubled
Land (Tierra conflictiva) 1984-1986,
incluye imágenes “típicas” del paisaje europeo: prados, aldeas, ríos con
puentes, pequeñas iglesias… lo “atípico” es que están situadas en Irlanda del
Norte. La localización nos haría esperar que aparecieran los estereotipos del
conflicto: máscaras de gas o manifestaciones del protesta, pero no es así. Lo
que sí tienen son diminutos signos de inquietud, interferencias en el paisaje:
un grupo de personas con una bandera, que es la bandera ilegal del IRA. Unas
escenas desiertas que parecen indicar que la vida ordinaria ha desaparecido. Estamos
más cerca de la vida en tiempos de guerra, con la gente escondida en casa
porque presiente el peligro que recuerda la violencia cotidiana.
Como
Graham, Bleda y Rosa se concentran en “la escena del crimen”, desierta y
fotografiada “con el fin de determinar las pruebas... pruebas de los sucesos
históricos que adquieren un significado político oculto” (Benjamin, 2003: pp58-59). En la serie Campos de batalla, Bleda y Rosa tratan de captar lo que
está latente en el paisaje evocando lo que es para ellos un campo de batalla. Mediante un juego complejo entre la memoria y el registro,
añaden un texto que ofrece un lugar y una fecha. El nombre del lugar nos hace
pensar en cómo quedó inscrito en la historia y en las contradicciones que aparecen
al ser fotografiado en la actualidad. Texto e imagen no describen exactamente
lo mismo con lenguajes diferentes. Aquí el tema son las diferentes
profundidades del tiempo: el momento de tomar la foto, el tiempo de la batalla,
el del espectador, una especie de mapa imaginario espacio-temporal que desvela
unas estructuras invisibles en un lugar cargado de memoria.
Anthony Haughey en las series de Disputed Territory (2006), que constan de imágenes tomadas en
Irlanda, Bosnia y Kosovo, identifica en el paisaje las huellas tenues de las
fronteras como una metáfora del legado político y social de la guerra civil. La
visión de Sophie Ristelhueber de Iraq, región que dio origen a la civilización
más antigua del planeta, sobrevolado por F16 en el año 2000, es alegórica
porque muestra los residuos, las consecuencias de la guerra como metáforas de
la vida y de la riqueza ecológica de la región. Alegorías para representar los
problemas, para visualizar la enormidad del sufrimiento y el conflicto.
REFLEXIONANDO SOBRE LA ETICA DE LA FOTOGRAFIA
En 1871, la policía de París en 1871 utilizó las fotografías de
los participantes en la Comuna para hacer una redada y capturarlos. La
fotografía nace como objeto informativo al servicio de las instituciones de
control y vigilancia en los Estados modernos.
No basta con aludir en una obra
de arte a los intereses o los problemas de un grupo desfavorecido para con ello situar la obra en cuestión del lado
correcto de la acera Jordi Claramonte.
Escribe
María Zambrano que el hombre viene de un pasado hacia un porvenir y que de los
errores del pasado solo hay remedio en el porvenir. Vivimos con los que están
aquí y con los que vivieron: el tiempo es el medio ambiente de la vida y a la
par que nos envuelve, también nos separa. Al pasar se hace pasado pero eso no
quiere decir que el pasado desaparezca ya que justamente si desapareciera del
todo no tendríamos historia. La conciencia histórica va cargada con la congoja
de saber que existe una responsabilidad histórica (Zambrano, pp 14-21).
Existen varios momentos en los cuales un fotógrafo se debe
enfrentar y resolver cuestiones éticas: en la elección del tema y su significado
social, en los criterios estéticos y en su misma posición personal.
Los
fotoperiodistas norteamericanos reformistas de principios del siglo XX, Jacob
Riis y Lewis Hine, usaron la cámara como un “lápiz mágico” con la pretensión de
“escribir” en la conciencia de las clases acomodadas que los trabajadores
pobres tenían una dignidad: con ello pretendían, no solo educar, sino cambiar
las cosas (Rosler, 2007. pag 256-261). Otro enfoque sería el de August Sander,
que realizó retratos arquetípicos, una especie de atlas de tipologías de
personas de todos los estratos sociales y profesiones en la república de Weimar
(Benjamin, 2008: p 46).
La imparcialidad de Sander no excluye el clasismo, los ricos suelen fotografiarse
en interiores sin aditamentos, los desclasados en un escenario exterior que los
ubica, que habla en su nombre (Sontag, p 66).
Respecto a los criterios estéticos, pongamos un ejemplo: la
fotografía mexicana “clásica”. En ella, los códigos dominantes se oponen a la
estética de la fealdad: con la ayuda de la intelectualidad y del Estado, se
privilegia una épica de lo que es ser mexicano y en la cual el indígena, depositario de unos valores
sagrados, queda fijado atemporalmente a un paisaje. Por requerimientos
turísticos y en la búsqueda filosófica del ser nacional, incluso las fotos de
la revolución se manipulan para serenar su violencia hasta hacerla casi irreal.
(Monsivais, pag 46-50). Otro ejemplo,
las fotos de W.
Eugene Smith de los intoxicados por mercurio en la bahía de Minamata documentan
el sufrimiento pero a la vez nos distancian de él porque se ajustan a las
normas de “belleza”: la foto de la joven agonizante con su madre nos recuerda a
una Pietá. Parecería, como decía Benjamin, que la
cámara es incapaz de fotografiar una pila de basura sin transfigurarla o
estilizarla (Sontag p
108-110). Fotografías como las de Sebastian Salgado, que no
dejan apenas resquicio al cuestionamiento, vuelven a victimizar a la víctima
porque estilizan la imagen convirtiendo el horror en belleza lo cual es, en
palabras de Adorno, “un acto de barbarie”. La fotografía actúa como un bálsamo
de escasos efectos secundarios para la conciencia intranquila del espectador
acomodado. Por ello puede ser adquirida por las mismas corporaciones
trasnacionales que explotan a los trabajadores que se muestran en la foto.
La
exposición “La familia humana” fue organizada por Edward Steichen en
1955 después de tres años de búsqueda de imágenes a lo largo de 68 países.
Seleccionó entre más de 2 millones de imágenes, 503 fotos realizadas por 273
fotógrafos, hombres y mujeres, amateurs y profesionales. La selección muestra
imágenes de nacimientos, familias, trabajo, celebraciones, aprendizaje, alegría
y llanto, juegos y muerte, hambre, religión, protestas políticas y guerra.
Recoge una especie de álbum universal de la familia, un discurso del “Ser
humano” con mayúsculas, desde su origen - empieza con una foto de las galaxias
y de parejas de enamorados- hasta su fin. La gente buscaba consuelo en el
humanismo sentimental de Steichen, en cambio en los 70 está ávida de
impresiones fuertes y buena parte del arte pareció consagrarse a disminuir la
tolerancia ante lo terrible.
Las
fotografías de Diane Arbus muestran la rareza de gente presuntamente normal,
seres humanos que posan con toda la retórica del retrato, con solemnidad y
sinceridad pero pareciendo ignorar lo grotescos que se les ve. A Arbus
no le interesaban las víctimas de las guerras ni el periodismo ético sino las
patologías privadas. Sus imágenes se popularizarían entre los refinados
urbanitas que dieron muestra de cómo afrontar el horror sin remilgos. En una sociedad del espectáculo, de
relaciones sociales mediatizadas por imágenes (Guy Debord) la explotación de lo
monstruoso generó y genera dinero. Este trabajo
coincide con la época en que se “limpió” Times Square de trasvestidos y
prostitutas para cubrirla de rascacielos: A medida que los habitantes de esos
submundos se expulsaban del territorio real, se infiltraban en la conciencia
como tema artístico (Sontag p 40-53). No en vano la carrera de Arbus fue
responsabilidad de Szarkowski, conservador de la sección de fotografía del
Museo de Arte Moderno de Nueva york, un proyecto de la familia Rockefeller
(Rosler, 2001: p 330).
La fotografía puede ser terriblemente manipuladora y la forma de obtención de
la imagen, que coincide con la de fotógrafos renombrados de los que conozco más
o menos directamente su método de trabajo, puede ser muy perversa. Según Sontag uno de los atractivos de la consideración del
fotógrafo como observador ideal es que niega que el acto de tomar fotos es
agresivo. Cartier Bresson y Avedon estarían entre los pocos que, a
regañadientes, admiten el cariz abusivo de las actividades del fotógrafo
(Sontag p 122-123).
Para María Zambrano la condición
humana es tal que basta humillar o hacer padecer a una persona para que todo el
ser humano sufra. En cada hombre están todos los hombres. Y una forma de pensar
de forma eficaz es primero identificarse. Anagnórisis se llamaba en la
tragedia antigua esa identificación, cuando el protagonista se reconoce y asume
su culpa y se hace uno con el desconocido que vaga fuera y que no es otro sino
uno mismo (Zambrano pp 74-76).
La postura personal del fotógrafo. Escribe Walker Evans de su
compañero Agee: “en realidad la vida misera y aislada del campo no le era
muy ajena, la llevaba un poco en la sangre, y huia del mundo cultural
arrogante, bien educado y adinerado … Las familias comprendían lo que había ido
a hacer allí. Se lo había explicado, no estaba jugando” (Agee y Evans, p 9).
Ambos convivieron en julio y agosto de 1936 con tres familias de arrendatarios
sureños durante la Gran Depresión. El trabajo resultante incluye periodismo de
investigación, autobiografía, filosofía y poesía. Las primeras páginas de Agee
son un alegato ético. Califica de obsceno a “los que hurgan en la historia
de otros semejantes, indefensos e ignorantes para exhibir la desnudez de sus
vidas en nombre del periodismo honesto, de la humanidad o de una imparcialidad
que manejada con habilidad es intercambiable por dinero” (Agee y Evans, pp
29-38). El trabajo no fue
publicado por la revista que se lo
encargó por su dureza pero fue “revisitado” en 1980 por el New York Times Magazine que desveló los
nombres reales de los fotografiados. Los descendientes de estos ya no eran tan
pobres y se avergonzaban de haber sido nuevamente expuestos ante unos lectores que
seguían siendo más ricos.
Jean Mohr comparte unos
días con un ganadero en la montaña mientras fotografía su actividad cotidiana.
El ganadero acude el domingo con camisa limpia y cuidadosamente peinado porque
quería una foto de busto. Llevaba las botas cubiertas de estiércol ya que
“domingo o no, había que cuidar las vacas”. Ante el retrato, compuesto por él
mismo, dijo: “ahora mis bisnietos sabrán qué clase de hombre fui” (Berger y
Mohr, 2007). Mostrar como el sujeto
desea ser mostrado, dotarle, como recomendaba Pablo Freire, de las herramientas
narrativas porque eso supone darle poder. Otra forma de entender la fotografía.
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